La gente copó las calles en varias ciudades trasandinas para celebrar la salida del último minero tras 70 días de encierro.
La euforia no se hizo esperar y los chilenos salieron a la calle a celebrar el fin del rescate de los 33 mineros en un hecho que quedará en la historia.
Con globos, papel picado y botellas brindaron por los trabajadores que tuvieron 70 días de calvario bajo 700 metros de tierra.
El presidente Sebastián Piñera reconoció que Chile no es la misma que cuando se produjo el accidente en la mina San José y los chilenos lo saben bien.
Hoy festejan la salida de los mineros pero en el fondo nuestros vecinos trasandinos celebran el milagro de sobrevivir a un año marcado por la tragedia.
Con globos, papel picado y botellas brindaron por los trabajadores que tuvieron 70 días de calvario bajo 700 metros de tierra.
El presidente Sebastián Piñera reconoció que Chile no es la misma que cuando se produjo el accidente en la mina San José y los chilenos lo saben bien.
Hoy festejan la salida de los mineros pero en el fondo nuestros vecinos trasandinos celebran el milagro de sobrevivir a un año marcado por la tragedia.
Música en las calles, besos y abrazos también marcan la jornada y la fiesta no se apagará pronto sino que promete extenderse toda la noche.
En los alrededores de la mina, un numeroso grupo de familiares subió al cerro San José, ubicado muy cerca de la boca del túnel, donde agradecieron a Dios que los 33 mineros ya están afuera de la mina.
"Siempre tuvimos fe y por eso estamos muy agradecidos a Dios", dijo María Segovia, hermana de uno de los mineros y la mujer que más se destacó durante estos setenta días por su participación en cada uno de los eventos que ocurrieron afuera de la mina.
Allá arriba, a unos cien metros del Campamento Esperanza donde flamean 32 banderas chilenas y una boliviana en homenaje a los trabajadores, agradecieron a Dios, cantaron el Himno Nacional y gritaron un ‘presente’ al nombrar a cada uno de los 33 hombres.
En los alrededores de la mina, un numeroso grupo de familiares subió al cerro San José, ubicado muy cerca de la boca del túnel, donde agradecieron a Dios que los 33 mineros ya están afuera de la mina.
"Siempre tuvimos fe y por eso estamos muy agradecidos a Dios", dijo María Segovia, hermana de uno de los mineros y la mujer que más se destacó durante estos setenta días por su participación en cada uno de los eventos que ocurrieron afuera de la mina.
Allá arriba, a unos cien metros del Campamento Esperanza donde flamean 32 banderas chilenas y una boliviana en homenaje a los trabajadores, agradecieron a Dios, cantaron el Himno Nacional y gritaron un ‘presente’ al nombrar a cada uno de los 33 hombres.
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