"Yo tenía cierto escepticismo y quería superarlo porque creo en Dios", dijo Keith Bauer
09:40 AM - Mayo, OAKLAND, California, EE.UU.*-. La hora del anticipado apocalipsis llegó, pero pasó tranquilamente: Quienes creyeron que el fin del mundo sería el sábado por la noche quedaron confundidos, simplemente pensativos o incluso más convencidos.
El Libro del Apocalipsis
Los que creían en él estuvieron advirtiendo durante meses sobre el cataclismo que supuestamente vendría. Algunos regalaron sus pertenencias materiales. Otros emprendieron viajes largos para estar con sus seres queridos. Hubo algunos que sacaron todo el dinero que tenían en el banco.
Todos ellos hicieron caso al mensaje de Harold Camping de que el fin del mundo ocurriría el 21 de mayo. Camping, de 89 años, es un ingeniero civil jubilado que construyó un imperio multimillonario de medios cristianos que difundieron su predicción apocalíptica.
"Yo tenía cierto escepticismo y quería superarlo porque creo en Dios", dijo Keith Bauer, quien tomó su camioneta en Maryland y se llevó a su familia 5.000 kilómetros (3.000 millas) hasta California para el "Rapto".
Bauer comenzó el día afuera de la entrada de las oficinas centrales de Family Radio International, dirigida por Camping. La mañana era soleada.
"Yo lo esperaba (el fin del mundo) debido a que creo que el cielo debe ser mucho mejor que esta tierra", dijo Bauer, conductor de camión de carga con remolque y quien emprendió la semana pasada el viaje al oeste de Estados Unidos.
Bauer pensó que si trabajaba la semana pasada, "no habría recibido mi paga en caso de que hubiera sucedido el Rapto".
Conforme a la predicción de Camping, la destrucción habría comenzado en el mundo cuando llegaran las 18.00 horas en los diversos husos horarios, aunque algunos que lo creían dijeron el sábado que el momento exacto no era una fecha inamovible.
Camping había difundido durante años su predicción apocalíptica por radio y páginas de internet.
En la Plaza Times, en Nueva York, Robert Fitzpatrick, de Staten Island, se dijo sorprendido de que las seis de la tarde simplemente pasaron. Fitzpatrick gastó su dinero haciéndole publicidad al fin del mundo.
"No puedo decirles lo que pienso en este momento", dijo, rodeado de turistas. "Obviamente, no lo entendí correctamente porque todavía estamos aquí".
Muchos creyentes del apocalipsis dijeron que el aplazamiento del fin del mundo era una nueva prueba de Dios para que perseveren en la fe.
"Todavía es 21 de mayo y Dios lo traerá (el fin del mundo)", dijo el coordinador de proyectos especiales de Family Radio, Michael García, quien pasó el sábado por la mañana orando y bebiendo dos últimas tasas de café con su esposa en su casa en Alameda.
"Cuando se anuncia algo y no se cumple, lo que duele es el orgullo. ¿Pero quién necesita el orgullo? Dios dijo que él rechaza el orgullo y otorga la gracia a los humildes", afirmó.
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