3:40 PM - 16 Nov, SANTO DOMINGO, RD*-. Los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, iniciaron conociendo el juicio contra los nueve supuestos sicarios que dirigía el boricua José David Figueroa Agosto, con el interrogatorio del coronel Máximo Báez Aybar, quien investigó el teléfono que usaba Omar Antigua, asesinado en el parqueo de Carrefeur. El oficial Báez Aybar, interrogado en el tribunal porque al momento de la muerte de Antigua era director de operaciones delictivas de la Policía, dijo que a través del teléfono se localizó a Gian Rojas Matos, uno de los acusados de sicariato.
Báez Aybar dijo que el primer contacto que realizaron para lograr el apresamiento de Gean, fue ir a la casa de su madre Casilda Matos, ubicada en la calle Roberto Pastoriza.
Explicó al tribunal que llegaron hasta la dirección de la casa de la madre por dos especificaciones de dos empleados de la tienda donde él activó un celular a nombre de Radhamés Cuevas.
De acuerdo al oficial, Gean activó el celular en la tienda Súper Digital, ubicada en Los Prados.
El oficial reveló que una de las mujeres que aparecieron en la “lista negra” (para ser asesinadas) por la red de supuestos sicarios al servicio de José David Figueroa Agosto, había vendido 12 apartamentos en la Zona Oriental al presunto capo puertoriqueño.
Báez Aybar se refirió a que la candidata a la muerte, cuyo nombre ha sido omitido por seguridad, había vendido las 12 viviendas a Agosto, y que cuando éste era perseguido por las autoridades, creía que la mujer se quedaría con sus propiedades.
Declaró que a uno de los celulares ocupados al imputado Gián Enrique Matos, se le extrajeron conversaciones de él con personas de Suramérica en la que éste trataba sobre el precio de la droga y por cuál vía podía ser trasportada, pero tenía que ser más de 500 kilos.
Añadió que en la conversación, Rojas Matos explicaba que la droga podía ser transportada en un submarino, pero si excedía de 50 kilos, por lo costoso del transporte.
Dijo que el encartado Ricardo Pérez Mateo supervisaba las operaciones de muerte en una jeepeta, que servía de soporte.
Báez Aybar dijo que en las pesquisas visitó la casa de la madre de Rojas Matos, y que en unos de sus libros encontró un manuscrito de la señora donde mostraba preocupación por la situación de su hijo, y que según el investigador decía “las personas que mencionan en los medios son los pejes gordos que vienen a mi casa”.
Añadió Báez Aybar que Matos pagaba 30 mil dólares a cada sicario por muerte, porque éste era que contactaba a las personas que iba realizar el el trabajo de sicariato.
También dijo que al momento de ser perseguido Figueroa Agosto, éste dejó el vehículo donde andaba, abandonado a una esquina de la casa de Gean.
Gian Enrique Rojas Matos (Yan Carlos y/o Chico Raro) dijo que da pena que bajo juramento “ese señor habla tantas mentiras…”.
Agregó que si es cierto lo del escrito sobre la carta y sobre Figueroa Agosto, desconoce la existencia de la misma.
Los involucrados son Rojas Matos (Yan Carlos y/o Chico Raro), Winston Antonio Rodríguez Tavárez (Fire o el Cangri), José Miguel Rodríguez Almonte (Job), Ricardo Pérez Mateo; Wilhen Ortiz de los Santos (Bobolo); José Alberto de la Cruz Paredes y Joel Antonio Feliz Cruz.
Todos, acusados de pertenecer a la red de sicarios de Figueroa Agosto, y de la muerte del coronel retirado José Amado González, el empresario Rubén Soto Hayet, propietario de la repostería La Francesa; y de Omar Antigua, éste último quien era el chofer de Figueroa Agosto.
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