"En la Plaza de San Pedro"
Unas 800.000 personas se acercaron al llamado "domingo
de los cuatro papas"
*El Sumo Pontífice encabezó el rito religioso en la Plaza de
San Pedro. Hubo alrededor de 800.000 personas.
*La presencia del papa emérito Benedicto XVI convirtió a la
ceremonia en "el día de los cuatro Papas"
08:25 AM - 28 Abr, CIUDAD DEL VATICANO *-. En el llamado
"domingo de los cuatro papas", Juan Pablo II y Juan XXIII fueron
proclamados santos en una ceremonia multitudinaria en la Plaza de San Pedro del
Vaticano. La misa fue oficiada por el papa Francisco. En las primeras filas, el
pontífice emérito, Benedicto XVI, asitió a la celebración.
"Fueron dos hombres valientes, llenos de la parusía del
Espíritu Santo, que dieron testimonio a la Iglesia y al mundo de la bondad y la
misericordia de Dios. Conocieron las tragedias del siglo XX, pero no fueron
derrotados por ellas. Más fuerte en ellos fue la fe en Cristo, redentor del
hombre y Señor de la Historia", recordó Francisco en su homilía.
Como cada santo, los dos papas tendráen una fecha en el
calendario litúrgico. La de Juan XXIII será el 11 de octubre - en homenaje a
aquella jornada de 1959 en que comenzó el Concilio Vaticano II - mientras que
la festividad de Juan Pablo II será el 22 de octubre, fecha en que se inició su
pontificado.
Un cielo gris sobre Roma no impidió sin embargo que unos
800.000 fieles y curiosos se acercaran a una plaza San Pedro que pronto quedó
colmada, y a las calles adyacentes. Hubo incluso centenares de personasque
pasaron la noche en las inmediaciones de la Santa Sede hasta el momento en que
se abrieron los accesos para ingresar a la ceremonia.
Quienes quedaron fuera de la Plaza de San Pedro debieron
seguir los festejos a través de alguna de las numerosas pantallas gigantes
instaladas como parte de lo que fue ungigantesco despliegue tecnológico para
uno de los eventos más importantes de lo que va del pontificado de Francisco.
La ceremonia comenzó con el rezo de la Coronilla de la
Misericordia a las 9 de la mañana hora italiana (4 de Argentina), debido a que
este domingo se celebra la Divina Misericordia, fiesta de la Iglesia católica
que proclamó el papa Juan Pablo II. Luego se rezó la Letanía de los Santos y a
las 10 hora italiana (5 de Argentina), Francisco dio inicio a la misa.
La parte más importante y esperada de la ceremonia fue el
rito de la canonización, cuando el prefecto de la Congregación para la Causa de
los Santos, el cardenal Angelo Amato, presentó a Francisco "las tres
peticiones" para santificar a ambos papas: primero con "gran
fuerza", después con "mayor fuerza" y, por último, con
"grandísima fuerza".
A continuación, el Papa pronunció la fórmula: "En honor
de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento
de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los
santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e
invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos
obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II".
Finalmente, Francisco pidió que ambos papas fuesen inscritos
en el libro de los Santos.
Para esta canonización histórica viajaron delegaciones de 92
países, con 24 jefes de Estado y Gobierno y 23 ministros, entre ellos los reyes
de España y de Bélgica, además de los presidentes de Paraguay, Honduras, El
Salvador, Ecuador, Albania, Croacia, y Polonia, entre otros.
La Argentina estuvo representada por el canciller, Héctor
Timerman, y por el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
Ante la imposibilidad de que todos los fieles pudieran
entrar en la plaza de San Pedro hubo 17 pantallas gigantes distribuidas por
toda Via de la Conciliazione y en otros puntos de Roma como plaza Farnese,
Plaza Navona y los Foros imperiales.
La misa oficiada por el papa Francisco fue concelebrada por
entre 130 y 150 cardenales llegados de todo el mundo para esta ocasión,
mientras que 1.000 obispos y 870 sacerdotes se encargaron de dar la comunión a
los fieles presentes.
Los más cercanos al Papa durante la celebración fueron el
cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, el cardenal polaco e histórico
secretario de Juan Pablo II, Stanislao Dziwisz, y el obispo de Bergamo,
Francesco Beschi, procedente de la ciudad natal de Juan XXIII. Pero también
estuvo presente Benedicto XVI, que ocupó un puesto con el resto de cardenales
en el sector izquierdo.
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