"Es la primera vez que se muestra al público"
Fue creada por científicos soviéticos y convertida en
símbolo de la Guerra Fría.
*Mide ocho metros de largo y pesa 25 toneladas.

"Cuando me acerco a ella, me siento mal porque pienso
en todo el daño que hubiera podido provocar", explica el ex
aviador Nikolai Krylov, de 62 años, uno de los visitantes, que reconoce, sin
embargo, que también es un motivo de orgullo para Rusia.
La exposición fue inaugurada el martes, coincidiendo con el
primer día del curso, y sus primeros visitantes fueron niños vestidos de
uniforme, traídos por sus colegios.
"Habría sido mejor que nunca hubiera existido",
explica Galina Ivanovna, una jubilada de 72 años, que considera que la bomba es
"un objeto que sobra en la historia de la humanidad".
"Pero en esa época tuvo un papel importante y es quizás
gracias a ella que hoy estamos aquí", asegura esta mujer de pelo blanco,
que trabajó 35 años para la industria nuclear civil.
La bomba, de una potencia de 50 megatoneladas, fue creada
por un equipo de científicos soviéticos dirigido por Andréi Sájarov, futuro
premio Nobel de la Paz, y el 30 de octubre de 1961 fue probada con éxito en
Nueva Zembla, un archipiélago del océano Ártico ruso.
El ensayo formaba parte del proyecto de investigación
nuclear lanzado por Stalin en 1945, poco después de que terminara la Segunda
Guerra Mundial, y que tenía como objetivo equipararse a Estados Unidos, que ya
tenía una bomba atómica.
Ese año es considerado como el del nacimiento de la
industria nuclear rusa, que en 2015 celebró su 70 aniversario.
"Esta bomba, la más potente de la historia, está
considerada como el factor principal que llevó a los países que tenían armas
nucleares a tomar el camino hacia la paz", asegura Mijaíl Baiasjalanov,
uno de los guías de la exposición.
Según Nikolai, un visitante de 32 años que se hizo una foto
con la bomba, situada en el medio de una sala llena de luz, "la Bomba del
Zar fue indispensable para evitar una tercera guerra mundial".
"Creo que las armas nucleares son, sobre todo, un
factor de disuasión y, en gran parte, una garantía para la estabilidad y la
paz" en todo el mundo, añade.
Según Krylov, exponer ahora la bomba servirá para
"enfriar" a los que fomentan conflictos en la escena internacional y
advierte de las "consecuencias trágicas para el planeta" que tendría
un conflicto nuclear.
La exposición coincide con el mal momento en las relaciones
entre Rusia y los países occidentales por el conflicto en Ucrania, aunque
Baiasjalanov asegura que la exposición "no quiere dar miedo a nadie".
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