"Este país es especial"
La justicia investiga si Sarkozy pagó por tres viajes que
hizo a Catar en el mismo jet privado donde se halló la droga.
12:25 PM - 27 Oct, PARÍS, FRANCIA *-. Conocido como “Air Cocaína”, el escándalo desatado en
marzo de 2013 tras la incautación en la República Dominicana de 700 kilos de
droga en un jet privado ha tomado un nuevo rumbo con la huida de ese país de
los dos pilotos franceses, condenados por narcotráfico.
Pascal Fauret y Bruno Odos, de 55 y 56 años, fueron
arrestados entonces junto a otros dos franceses en el aeropuerto de Punta Cana,
cuando se disponían a despegar rumbo a Saint-Tropez (Costa Azul) en un Falcon
propiedad del empresario de óptica Alain Afflelou en el que las autoridades
dominicanas hallaron la droga, valorada en 30 millones de euros.
Recelosos de la imparcialidad de la justicia dominicana y de
un proceso que según ellos estuvo trufado de incongruencias, su huida, que los
protagonistas rechazan calificar de fuga, comenzó a tramarse el pasado agosto,
cuando se dictó condena en primera instancia, 20 años de cárcel por tráfico de
drogas
Maleta se habría roto, droga salió y fue recogida
Aunque los dos pilotos siempre han asegurado que no conocían
la carga que transportaban, uno de los cuatro dominicanos también condenados,
Luis Daniel Pérez, quien se declaró culpable, admitió en la audiencia que al
llenar el avión una de las maletas se rompió, la droga salió rodando y estos la
recogieron y la volvieron a colocar dentro.
Tras quince meses bajo arresto domiciliario, los cuatro
franceses estaban en libertad a la espera de que el caso fuera examinado en
apelación, pero tenían prohibido abandonar el país.
En su primera comparecencia ante la prensa desde que se
conociera su llegada a Francia, acompañado por su abogado y su mujer, Fauret
insistió hoy en que el “reflejo” de volver a casa estuvo motivado por “una
justicia que no investiga, que no escucha, que condena a veinte años por el
único motivo de ser francés”.
Se abstuvo de ofrecer el relato detallado de su periplo para
no delatar al resto de personas implicadas, entre quienes habría un comando de
antiguos compañeros militares.
Las autoridades francesas, para desmarcarse de toda
vinculación política, han asegurado que “su decisión es un acto individual en
la que el Estado no está implicado” y que el Gobierno “toma nota” de su
regreso, a la vez que mantiene su apoyo a los otros dos condenados que siguen
en el país caribeño.
La reconstrucción hipotética de la evasión, según los medios
franceses, lleva a Fauret y a Odos en barco hasta la isla caribeña de San
Martín, desde donde habrían tomado un primer avión hasta Martinica y un segundo
desde allí hasta su país.
Sus clientes, aseguró, no están fugados, sino a disposición
de que la justicia francesa los convoque a declarar.
Los otros dos condenados, el asistente de vuelo Alain
Castany y el pasajero Nicolás Pisapia, permanecen en la República Dominicana, a
la espera del juicio en apelación.
“Sigo confiado y combativo, concentrado en esa apelación. La
hemos preparado durante mucho tiempo. Se va a presentar en los próximos meses,
de aquí a diciembre o enero”, indicó Pisapia en una declaración retransmitida
por la cadena BFM TV.
Fauret se defendió hoy de las acusaciones de “insolidaridad”
alegando que su salida “no afecta para nada” a los otros dos, que el viaje por
el que fueron detenidos “no era un vuelo entre amigos” y que “cada uno gestiona
su propia vida”.
Menos categórico, su abogado pidió “no añadir culpabilidad a
una situación ya de por sí difícil” y confió en que las autoridades francesas
pongan todo de su parte para conseguir el traslado a Francia del resto de sus
ciudadanos.
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