Dos fieras en el cuadrilátero en busca del dinero y la
gloria.
08:45 AM - 5 Mayo, LAS VEGAS, EEUU *-. LAS VEGAS - No se podía ignorar el silencio. En total calma y rodeado de su equipo y familia, Miguel Cotto comía un plato de frutas frescas y bebía de una botella de agua tras bastidores momentos después de marcar 154 libras para su combate de esta noche con Floyd Mayweather Jr., quien pesó 151.
Miguel no hablaba. A su diestra el entrenador Pedro Luis Díaz Benítez tampoco. En la tarima continuaban pesándose los demás púgiles del cartel de esta noche. Mayweather, un poco agitado, seguía allí dando entrevistas y llamando la atención. Parte de los más de 5,000 fanáticos que acudieron al coliseo para ver en persona el pesaje, abucheaban a Money May. Otros lo vitoreaban.
Detrás de la cortina, Cotto estaba tranquilo. Le daba fresas a su hijo menor. Recibió sendos calurosos abrazos de dos grandes de antaño, Sugar Ray Leonard y Tommy Hearns.
Leonard le habló al oído. Miguel asintió con la cabeza mientras escuchaba. Pero no hablaba, porque momentos antes, cuando tuvo de frente a su rival de esta noche, dijo todo lo que tenía que decir.
Tras pesarse, los protagonistas posaron para la tradicional foto postpesaje, mirándose a los ojos y con sus rostros casi tocándose. La audiencia gritaba de emoción. Cotto seguía mudo, Mayweather igual. Pero ninguno de los dos quería bajar la mirada.
Los mastodontes de seguridad y el resto del equipo de Floyd le gritaban a Miguel, con sonrisas malvadas en sus labios. El boricua ni se inmutaba.
“He hecho lo que he hecho, yo solo. No necesito que nadie haga ruido por mí”, expresó el cagüeño más tarde. “Él anda con un pelotón de gente para que hablen y digan por él. Que den la cara por él”.
Luego de un largo rato frente a frente, Floyd comenzó a hablar. “Le dije que cuando te enfrentas a Floyd Mayweather, enfrentas lo mejor”, relató el invicto Floyd en un aparte con El Nuevo Día, cuando se le preguntó sobre qué hablaron en el maratónico frente a frente que duró 1:11, más del doble de lo usual. “Mayweather no es un boxeador ordinario. No es Antonio Margarito. Eso le dije”, añadió el estadounidense.
“Él me dijo que mañana enfrentaba a lo mejor y yo le dije que él enfrentaba a Miguel Cotto”, explicó por su parte el boricua, en tono sereno.
Díaz Benítez describió como una victoria táctica la manera en la que Miguel controló el frente a frente.
“Él tembló”
Yo le decía a Cotto, “¡No te vayas! ¡Quédate ahí! Respira suave que ese se va a ir (primero)”, indicó el estratega cubano. “Y se fue. Él tembló”.
“Estaba mascando chicle porque no podía controlar sus emociones. Y mañana (esta noche) tampoco podrá controlar los brazos de Cotto”, agregó Díaz Benítez.
“A nosotros no nos intimida nada ni nadie. Vinimos a ganar. Y mañana (hoy) vamos a lo que vinimos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario