Arte Nacional
Escrito por: Joseph Caceres
11:07 PM - 13 Dic, SANTO DOMINGO, RD *-. En forma paulatina, y de manera imperceptible para la mayoría, se ha ido construyendo un mundo de falsedad, de simulación, y de engaño en todas las actividades de arte y en las diversas áreas del entretenimiento, la televisión, el teatro, la música, el cine y la moda.
Prácticamente todo lo que se está haciendo es un ensamblaje de trabajos que otros han hecho, que se copian sin ningun rubor, vergüenza ni recato, resultado de la era de la clonación que estamos viviendo. (O padeciendo?).
Modelos y patrones importados que se verifican en los denominados reality shows" de la televisión, que deberían por lo menos ser maquillados" y adaptados a nuestra realidad.
Montajes teatrales de obras que ya se han hecho en otros países, donde algunos directores y productores criollos han tenido el tupé de traer hasta grabaciones en video de las escenificaciones de las mismas, para hacer todo igual, sin ninguna astilla de creatividad, pero que se quieren hacer pasar y patentar como originales, con miras a las
nominaciones y premiaciones. En la música, arreglos basados en producciones originales, en los que no se tiene la delicadeza ni el detalle de incorporar elementos que les puedan diferenciar, amparándose en un recurso muy de moda que se denomina "fusión".
Videoclips elaborados sobre la base de la incorporación de imágenes tomadas de películas de acción y de efectos especiales capturados por medio de los recursos de programas computacionales al alcance de cualquiera que tenga la posibilidad de acceso a ellos. No se olvide que ya todo está en la red.
Deberían sentir vergüenza de que algunos de esos vídeos musicales son una copia burda de otros que se pueden encontrar en YouTube. ¡Y esos son los genios criollos que luego son premiados por el Videoclip del Año.!
Modistos y fashionistas que copian vestidos y modelos que se encuentran en revistas de moda. Todo procuran ser exaltados por un trabajo cimentado en una originalidad y creatividad que ninguno tiene. Y ello se da por la aceptación y la permisividad de una crónica de arte carenciada de conocimientos y de verdadero criterio para discernir sobre lo verdadero y lo falso. Son tan malos y culpables los copiones y clonadores, como los cronistas carentes de conocimientos y de reales condiciones para valuar y asumir el papel de críticos sobre lo que se está produciendo mercadeando.
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