Jesús es crucificado ante decenas de personas.
07:25 AM – 14 Abr, SAMANÁ,
RD *-. El Viernes Santo es, fundamentalmente, un día de duelo durante el
cual se recuerda la crucifixión de Jesucristo en el Calvario. Jesús es quien,
según los escritos bíblicos, vino al mundo para salvar del pecado a la
humanidad y darles vida eterna. De allí que la cruz se haya tomado como el
símbolo de la gloria para la adoración de los cristianos.
“Es el más dramático de la humanidad. El Viernes Santo es la
muerte, la pasión, los sufrimientos de Jesús, todo en un día. Las autoridades
judías y romanas dan el paso de condenar a muerte en una cruz a Cristo, que
para nosotros es significativo y espiritual, pero en esa época, era lo más
humillante que había, además de toda la injusticia que hubo alrededor de eso,
Jesús es contado entre los malhechores, los judíos escogen a Barrabás que era
un bandido, lo crucifican en una montaña por donde entraban toda la gente que
trabajaba en el campo, era un espectáculo”, expresó monseñor Benito de la Rosa
y Carpio.
Lo que llama la atención a todo el mundo, según dice de la
Rosa y Carpio, es que de una derrota “aparente” sale el gran triunfador de la
humanidad.
“El Viernes Santo es tan impactante que en muchos lugares es
día no laborable y se guarda silencio. República Dominicana guarda la práctica
de que este día no sale periódico y eso te dice lo impactante que es ese día”,
manifestó el sacerdote a este diario.
Este día, la Iglesia Católica manda a sus fieles, como
penitencia, a practicar ayuno y abstinencia de carne.
También es costumbre rezar el viacrucis y meditar sobre las
siete palabras de Jesús en la cruz, así como participar en la liturgia de
adoración a este símbolo, y acompañarlo en el sufrimiento. A las 3:00 de la
tarde es también un hábito recordar la crucifixión rezando el Credo.
Durante la noche, se conmemora la muerte de Cristo con
himnos solemnes, oraciones de acción de gracias, así como un mensaje centrado
en el sufrimiento de este por los seres humanos.
Viernes Santo: “Es el día más dramático de la humanidad”
¿Qué sucedió el Viernes Santo?
Llegada la mañana, todos los principales sacerdotes y los
ancianos del pueblo se reunieron. Jesús, estaba de pie, delante de Poncio
Pilato, gobernador de Judea, y éste le preguntó: “¿Eres tú el Rey de los
judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices”.
Pilato respondió: “¿No oyes cuántas cosas testifican contra
ti?”, pero Jesús no le respondió...
Para esa fecha, era costumbre del gobernador soltar en el
pueblo a un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado
Barrabás.
Pilato les preguntó: “¿A quién queréis que os suelte: ¿a
Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?”, pero los principales sacerdotes y los
ancianos persuadieron a la multitud de que pidiese a Barrabás, y que Jesús
fuese muerto, y ellos dijeron: “A Barrabás”.
Pilato les dijo: “¿Qué, haré de Jesús, llamado el Cristo?
Todos le dijeron: ¡Que sea crucificado!
Y el gobernador les dijo: pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos
gritaban aún más, diciendo: ¡que sea crucificado!”.
Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más
alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: “Inocente
soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros”.
Viernes Santo: “Es el día más dramático de la humanidad”
Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, lo
entregó para ser crucificado.
En ese momento, los soldados del gobernador llevaron a Jesús
al pretorio y reunieron a su alrededor a toda la compañía; y desnudándole, le
echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona
tejida de espinas, y una caña en su mano derecha e hincando la rodilla delante
de él, le escarnecían, diciendo: “¡Salve, rey de los judíos!”. Escupiéndole,
tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza.
Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le
pusieron sus vestidos y lo llevaron para crucificarle. Y cuando llegaron a un
lugar llamado Gólgota, que significa lugar de la calavera, le dieron vinagre
mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo.
Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus
vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta:
“Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”.
Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: “Este es Jesús,
el rey de los judíos”. Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la
derecha, y otro a la izquierda.
Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra
hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz,
diciendo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.
Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el
espíritu.
Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea,
llamado José, que también había sido discípulo de Jesús.
Este fue hacia Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces
Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió
en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la
peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se
fue.
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