05:36 PM - 28 SANTO DOMINGO, RD *-. Rara es la elección que se haga en el país donde cuando se publican los resultados alguien no alegue fraude.
Es algo que va con nuestra idiosincracia, por aquello de que a nadiele gusta perder. Y si bien es cierto que el alegato se usa para cubrirse, guardar apariencias y a manera de justificación frente a la derrota, no se puede negar que la cultura del fraude está enraizada en el comportamiento del dominicano, y se verifica desde elecciones presidenciales, hasta una simple votación para elegir el presidente deun club social.
El fraude permea los concursos de belleza, los concursos de artistas aficionados, y naturalmente la premiación Casandra. El cronista de arte no escapa a las quejas de artistas de que se ha cometido fraude en su contra cuando no ganan. Es algo recurrente.
Por ello muchos se alegraron cuando se decidió establecer un premio del pueblo en el Casandra. Es decir, una votación que no harán los cronistas de arte, sino la gente del pueblo mediante una votación por internet. Y qué ha ocurrido?. Que Acroarte inocentemente le ha dado poder sin darse cuenta a gente especializada en "hackeo" de votaciones, que aprovechan para servirse con la cucharra grande, echando millares de votos electrónicos a los artistas que son sus favorecidos. Es un mecanismo que dominan a la perfección, pues es lo que explica el hecho de que algunos intérpretes de música urbana lancen un video clip al YouTube y a los tres días acumulan medio millón de "view" vistas), que para nadie es un secreto se consiguen a base de trucos informáticos.
Invlusive, proveedores de servicios como Gooogle han intervenido y hasta sancionado a usuarios que han manipulado mediante métodos artificiales los contadores de YouTube, quen es el favorito de la
gente que está en la música. No es lo mismo vender a un artista que se dice tiene un millón de "view" en 15 días que otro cuyo video alcanza apenas 500 visitas. En la premiación del pueblo pueden apostar "peso a gallareta" que
ahora mismo hay un "mambo" extraño del que nadie habla.
Por suerte esta vez la pelota está cayendo en un terreno al margen de los cronistas de arte.
Es al pueblo al que pudieran estar engañando con un votación falseada. Una verdadera lástima, porque haciendo acopio de una expresión popular, en Acroarte han salido de Guatemala, para meterse en "guatepeor".
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