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Lic. Hansel H.
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Sucede que
caminando por la calle de un extraño residencial visualizo a lo lejos una
silueta, pero mientras me acercaba logré ver a un hombre que llamaba mi
atención, no sabia porque, él era un jardinero igual que otros que había
visto, con sus tijeras, chaleco de trabajo y botas, además no era uno de mis
clientes.
Me acerque en un primer momento para curiociar. –Hola señor jardinero, -hola me dice- ¿que usted hace? le pregunté me contesta - es que no vez, corto el césped y podo este jardín- -disculpe usted la pregunta, ¿usted cree que yo soy buena persona? me dijo -eso no lo puedo adivinar pero a simple vista no parece tan mal a acepción de esa mala combinación que tiene en su uniforme, me miré y noté que mi corbata roja no hacia rejuego con mi camisa azul y mi pantalón negro. Pero continúe y le dije --yo puedo hacer de usted una persona millonaria y súper importante, haber explíqueme la rutina de su trabajo. –bueno yo me levanto tempranito riego todo el jardín, busco y arranco las malezas que existen luego renuevo la tierra de algunas plantas, podo y mantengo bien ordenado este jardín, luego regreso a casa con mi señora y mis hijos almuerzo y horas más tarde hago siesta. En la noche simplemente reviso las tareas de la escuela de mis hijos y luego me hecho a dormir con mi esposa. _Creo que es un poco pendejo, soy egresado de una de las mejores universidades y con mis conocimientos puedo cambiar su vida, sentí curiosidad en sus ojos y de inmediato proseguí con mi propuesta.
Podemos trabajar
juntos, por ejemplo, usted seguiría de jardinero pero en poco tiempo pondremos
una jardinería, pero el simpático señor me dijo y que pasará luego, -yo
animosamente le dije –bueno, usted será dueño de su propio negocio, luego de
tener la jardinería usted obviamente tendría empleados que quitaran las malezas
de los jardines, renueven la tierra y que poden y ordenen muchos jardines y
seguío inrcepándome el jardinero, le dije sonriendo –fácil, podrá tener también
sucursales de su jardinería y podrá cubrir todos los gustos de sus clientes,
pero el jardinero siguió buscando respuestas a mis propuestas, entonces fue
cuando le dije –si logras tener todo eso podrás entonces podrá tener una siesta
de todo un Don Juan, pagará a una trabajadora que revise la tarea de sus
hijos y en las noches ante de echarse a la cama con su esposa revisará
los estados de cuentas que posee su gran empresa.
Hagamos un
trato me dijo el jardinero, le dije desde luego yo soy un hombre de
tratos. Quitando una rama seca de un árbol me dijo lo siguiente – tome esta
rama y llévela a su casa. Póngala en una tierra fértil donde no le dé demasiado
el sol, échele agua interdiario y luego de una semana si usted hace que esa
rama florezca yo acepto todo lo que usted me planteo. Le dije – de
acuerdo mi gran amigo aunque esta rama esta media muerta usted en una
semana vera un hermoso árbol y le demostrare que soy capaz de hacer maravilla.
Yo no era
tan pendejo para perder ese trato y luego de despedirme del jardinero fui a una
jardinería donde encontré un árbol parecido a la rama que me dio ese ya ciego
jardinero, no iba hacer difícil sustituir la rama casi muerta por una parecida
que tenia raíces y estaba frondosa.
Llegó el
día y regrese donde el jardinero, ahí estaba como la última vez trabajando
en su jardín, me le acerqué dándole los buenos días, él dijo con una sonrisa
cansada el mismo saludo de cortesía.
Aquí tiene
la rama casi muerta que me dio, mire como está e frondosa y hermosa, creo que
hasta raíces ha echado, el anciano se quedó por unos segundo observando la rama
y dijo –usted acaba de perder no haré trato, -pero no puede hacerme eso le dije
–claro que si, esa no es la rama usted me quiere tomar de pendejo o que, es
cierto que estoy viejo y casi ciego pero conozco muy bien las ramas secas de mi
jardín. No supe que decir mientras el continuo -nunca piense que con el
dinero y camuflando las cosas podrá tener éxitos verdaderos, que sería de
mis hijos si dejo que la nana corrija sus tareas, que diría mi esposa al ver que
la he sustituido por numeritos, que sería de mi si tengo una siesta donde
mi descanso tendría un precio. Amigo no acepto su propuesta prefiero seguir de
jardinero haciendo lo que me hace feliz, ver mi jardín en buenas
condiciones sonreír con mis hijos cuando corrijo sus tareas y abrasar
hasta dormirme en sus brazos a mi querida esposa y no a mi
almohada.
Hoy es lunes
y tengo que ver a mi amigo el jardinero, he cumplido a pie de la letras las
instrucciones con estas pequeñas semillas de ajonjolí y creo que por primera
vez en mi vida he a aprendido a venderme a mí mismo un futuro podado de verdad,
con renovadas decisiones y sobre todo conociendo siempre las ramas secas de mi
jardín.
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